Semana 21

Portada 21

Ya estás en la SEMANA 21 – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –

BEBÉ El ritmo de crecimiento del feto se ralentiza un poco, pero, en esta semana, aumenta mucho el volumen cardíaco, mientras que las piernas alcanzan la proporción con el resto del cuerpo que el bebé tendrá cuando nazca.

MAMÁ Los ligamentos que hay entre los huesos empiezan a relajarse y la presión que el útero ejerce sobre las venas abdominales puede provocar hinchazón en las piernas y en los pies.

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XDESARROLLOX

Tu pancita te da pistas

¡Ya estás en la semana 21! Día a día, tu pancita crece y se prepara para la vida en el mundo. Así cambia la pancita durante los nueve meses y así debes interpretar sus “mensajes”.

barriga_73692412 ¿SE APRECIA LA LÍNEA ALBA? > Hace su aparición alrededor de los tres meses. Es una línea oscura, de color más o menos marrón, que va del ombligo al pubis, dividiendo la pancita en dos mitades. Su presencia no tiene ningún significado específico, por lo que respecta al estado de salud de la mamá y del bebé. De hecho, los cambios en la pigmentación son bastante frecuentes en el embarazo y están relacionados con una mayor estimulación de los melanocitos, las células de la piel que producen la melanina. Después del parto, la línea alba tiende a desaparecer espontáneamente de forma gradual, en unos pocos meses. crema_52133602 ¿HAN APARECIDO LAS ANTIESTÉTICAS ESTRÍAS? > Durante el embarazo, la piel del abdomen está sometida a una fuerte tensión, lo que puede provocar la formación de estrías. El fenómeno varía mucho de mujer a mujer, en función del tipo de piel. ¿La mejor forma de prevenirlas? Además de intentar no engordar demasiado en poco tiempo, es importante nutrir la piel todos los días. Por ejemplo, a partir del tercer mes, después del baño, es conveniente realizar un masaje diario con un aceite suave, para suavizar la piel y favorecer la elasticidad. Además de la pancita, no hay que olvidar el pecho, las caderas y los glúteos. ¿TIENE FORMA REDONDA O PUNTIAGUDA? > En el pasado, se creía que la forma de la pancita permitía adivinar el sexo del bebé. Hoy en día, los especialistas la siguen controlando, pero para obtener otro tipo de información. Por ejemplo, para conocer la posición del niño. Una pancita muy puntiaguda podría depender del hecho de que el pequeño esté en posición podálica, es decir, de nalgas. Además, la cantidad de líquido amniótico es importante. Si el nivel es normal, el aspecto de la pancita será suave y redondo. En el caso de que el líquido sea escaso, por ejemplo, al final del embarazo, la pancita tendrá un aspecto menos redondo. barriga_176354447 ¿TODAVÍA ESTÁ ALTA O YA BAJÓ? >Tener la pancita “baja” es uno de los elementos que indican que el parto se está acercando. Sin embargo, en las primerizas, esto puede ocurrir incluso cuatro semanas antes del parto. Por lo tanto, conviene no dejarse condicionar en exceso. La pancita “baja” se debe al hecho de que el niño ya se colocó en posición para nacer. Si el pequeño ya está encajado en la pelvis y se apoyan las manos un poco por encima del pubis, se puede notar la cabecita. Otra prueba tangible de este descenso es el espacio que se genera por debajo del pecho, lo que da la sensación de poder respirar y digerir mejor. ¿A VECES, SE CONTRAE? > En el tercer trimestre de embarazo, se puede notar un endurecimiento del útero por momentos. Se trata de las contracciones preparatorias, que permiten que el organismo se “entrene” para el parto. Se suelen presentar con más frecuencia por la noche. Pero, ¿cómo se sabe si estas molestias son normales o si indican que hay algo que va mal? Normalmente, la mujer se da cuenta cuándo se trata de un dolor distinto, que merece una valoración médica. Es aconsejable consultar al médico para valorar la situación. segundo-embarazo_49003774 ¿NOTAS SUS PATADITAS? > Al principio, se parece al aleteo de una mariposa, pero, con el tiempo, los movimientos del bebé son cada vez más notables. A mitad del embarazo, el pequeño hace de todo dentro de la pancita: patalea vigorosamente, da volteretas, se chupa el dedo, tiene hipo y tiende a relajarse cuando se le habla con dulzura. En cambio, conforme se va acercando el término del embarazo, los movimientos disminuyen, ya que el espacio dentro de la pancita es muy reducido. No obstante, se trata de movimientos más organizados, que tienden a seguir el ritmo sueño-vigilia del recién nacido. PROTEGE AL BEBÉ EN CASO DE ACCIDENTE > En caso de un pequeño golpe en la pancita o de una caída accidental, ¿qué siente el pequeño? Normalmente, el líquido amniótico amortigua los golpes y hace que el niño solo los perciba ligeramente. En estos casos, es normal que la futura mamá se asuste un poco, pero lo mejor que puede hacer es respirar profundamente, no perder la calma y no esperar que el niño se mueva inmediatamente, como siempre. Por el contrario, durante unos diez minutos, es probable que el bebé no se mueva: él también se dio cuenta de que pasó algo y necesita un poco de tiempo para tranquilizarse. parto_151907632 ¿CUÁNDO VOLVERÁ A SER PLANA? > Unos diez días después del nacimiento del bebé, el útero ya no es perceptible desde el exterior. De todos modos, se recomienda no utilizar fajas. El útero, igual que el resto de los órganos del abdomen, necesita espacio para recolocarse y recuperar su posición natural. Su involución puede verse favorecida por la lactancia materna. La succión del pequeño estimula la producción de oxitocina, la hormona responsable de la contractilidad uterina. Por esta razón, en el momento de la toma, es normal que muchas mujeres noten contracciones (los llamados “entuertos”).

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SCST

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XEJERCICIOX

Refuerza el suelo pélvico

El embarazo y el parto someten a una dura prueba a los músculos del suelo pélvico. Puedes empezar a ejercitarlos desde ya con este sencillo programa de entrenamiento diario que te proponemos, y que podrás realizar tranquilamente desde casa.

A067485 El suelo pélvico es una parte estratégica del cuerpo de la mujer, sobre todo durante el embarazo y el parto. Se trata del conjunto de músculos y ligamentos situados en la base del abdomen, y está formado por dos partes: el diafragma pélvico y el periné. El primero es interno, mientras que el segundo está a la vista” (es el tramo comprendido entre el ano y la vagina). Los dos juntos garantizan una buena base de apoyo a la vejiga, la uretra (el canal que conduce la orina hacia el exterior) y el recto (el último tramo del intestino), además de sostener el útero y la vagina, impidiendo que salgan al exterior. Aparte de la función de contención, los músculos del periné son responsables de la apertura y el cierre de la uretra y del esfínter anal. Asimismo, el tono muscular influye en la vida sexual de forma positiva, dado que favorece las contracciones del canal vaginal. BAJO PRESIÓN > Durante el embarazo y en el momento de la dilatación, el suelo pélvico se somete a una dura prueba debido a los cambios que el cuerpo experimenta. En primer lugar, el útero, al aumentar de tamaño, ejerce una presión cada vez mayor en el interior del abdomen, especialmente, sobre la vejiga. Por lo tanto, con el paso de los meses, es más fácil sufrir incontinencia, sobre todo cuando se levanta peso. Asimismo, a causa del cambio hormonal, los tejidos retienen más agua y son más blandos, lo que contribuye a que los músculos se vuelvan más laxos. > Sin embargo, el principal riesgo tiene lugar en el parto. Al abrirse camino hacia el exterior, la cabeza del bebé presiona esta franja muscular, poniendo a prueba su tono y su elasticidad. Por esta razón, tener un buen control de la musculatura facilita el descenso del bebé por el canal del parto. Si la futura mamá es capaz de relajar la zona de forma consciente y en el momento adecuado, podrá “abrirse” más fácilmente y dejar nacer al pequeño con menos esfuerzo. _A067506 PREPÁRATE ASÍ > Es importante reforzar el suelo pélvico desde el inicio del embarazo, no solo para prevenir los trastornos inmediatos, como la ligera incontinencia urinaria, que puede presentarse, sobre todo, hacia el final del embarazo y el primer período del posparto, sino también aquéllos que pueden surgir a largo plazo, con el paso de los años, como, por ejemplo, los problemas de prolapso de la vagina y la vejiga. > Pero ¿cómo se puede reforzar esta zona? Simplemente, hay que dedicar cada día un poco de tiempo a la práctica de unos ejercicios. Una advertencia: al principio, en la fase de la contracción, notarás que te resulta casi automático mover al mismo tiempo los glúteos, el esfínter anal y la parte interna de los muslos. De hecho, se trata de franjas musculares que trabajan en conjunto, dado que todas están conectadas. _A067498 PARA EMPEZAR BIEN Al principio, para realizar los dos primeros ejercicios, te será más fácil estar acostada, con el fin de no dejar el peso de los órganos abdominales sobre el periné, lo que dificultaría la realización de los ejercicios. Más adelante, podrás sentarte o ponerte de pie. Durante el entrenamiento, recuerda que tienes que respirar. Para obtener una mayor eficacia, es importante combinar la secuencia inhalación-exhalación de forma adecuada. EJERCICIO 1 Acostada, con las piernas flexionadas y ligeramente separadas, y los pies apoyados en el suelo, mientras inhalas, junta las rodillas y los muslos, contrayendo los músculos pélvicos. A continuación, relájalos, mientras exhalas. Repite un mínimo de diez veces. EJERCICIO 2 En la misma posición, imagina que el canal vaginal es un ascensor que está en la planta baja y tiene que subir tres o cuatro pisos (en función de tu nivel de preparación). Partiendo de una hipotética planta baja, que indica una relajación muscular normal, sube de piso en piso de forma progresiva, aumentando cada vez más la contracción de los músculos perianales y deteniéndote en cada piso, donde mantendrás la posición. Llega hasta el piso superior, con la máxima tensión, y empieza a bajar, relajando los músculos poco a poco, hasta llegar al semisótano, donde relajarás la musculatura todo lo que puedas. Repite el ejercicio todas las veces que puedas y termina siempre en el “primer piso”, es decir, en una condición de ligera contracción. EJERCICIO 3 Acostada con las piernas flexionadas, mientras inhalas, eleva la pelvis ligeramente, contrayendo tanto los glúteos como los músculos perianales. Permanece así durante unos segundos y, a continuación, vuelve a llevar la pelvis hacia abajo, mientras exhalas. Repite un mínimo de cinco veces. EJERCICIO 4 Sentada, con los pies apoyados en el suelo, ponte una pelota blanda entre las rodillas. Inhala y junta las rodillas; exhala y relaja las rodillas. Se trata de un ejercicio útil para trabajar los músculos interiores del muslo, que están conectados con los perianales. Repite un mínimo de diez veces. EJERCICIO 5 Ponte a gatas, con el peso bien equilibrado entre las piernas y los brazos. Exhala y arquea la espalda, con la cabeza hacia abajo y la mirada hacia el suelo. A continuación, contrae los músculos del periné. Inhala, lleva el abdomen hacia el suelo y relaja el periné. Repite el ejercicio cinco veces.

 

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Controla la presión en el embarazo

¿Tienes la presión arterial alterada? Tranquila, unos pequeños cambios en los valores de la presión son normales durante el embarazo, pero, si aumentan demasiado, es preciso hablar con el médico.

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Durante el embarazo, los valores de la presión arterial sufren variaciones. Si bien, en la mayoría de los casos, unos cambios leves no comportan problemas, en un reducido número de mujeres, puede darse el caso de que, hacia la mitad de la gestación, los valores se eleven de forma repentina: es una señal de alarma que hay que tener muy en cuenta, puesto que podría indicar la presencia de preeclampsia. PRIMEROS MESES: UN DESCENSO FISIOLÓGICO > Normalmente, a partir de las 7-8 semanas de embarazo, y hasta el final del segundo trimestre, la presión arterial tiende a bajar fisiológicamente. Las hormonas producidas por la placenta provocan una vasodilatación, que se acentúa entre el segundo y el sexto mes de embarazo. Asimismo, hace disminuir la presión que la sangre ejerce en el interior de los vasos arteriosos. Esta hipotensión se prolonga hasta las 24 semanas, cuando la futura mamá recupera los valores anteriores al embarazo, y se mantienen así hasta el final. ginecologo_70943755 CUANDO LA PRESIÓN ES ALTA DESDE EL PRINCIPIO > Sin embargo, pueden darse situaciones en las que los valores de la presión sean elevados desde los primeros meses: es el caso de las mujeres que sufren hipertensión crónica, es decir, una hipertensión anterior a la gestación, ya diagnosticada, o de la que la mujer no se había dado cuenta, simplemente, porque no se había revisado. En este caso, no es el embarazo el causante de la presión alta, sino una serie de condiciones previas, sobre todo, la predisposición genética. La hipertensión crónica es un fenómeno en aumento, relacionado, principalmente, con el hecho de que las mujeres cada vez conciben hijos más tarde, a una edad en la que ya se habría producido un estrechamiento de los vasos y una mayor reactividad vascular, situaciones que favorecen la hipertensión. ¿Qué sucede cuando una mujer con hipertensión crónica queda embarazada? El organismo puede reaccionar de dos maneras: o bien sigue la fisiología, de manera que todos los mecanismos vasodilatadores que la placenta desencadena funcionan igualmente, y la presión baja como en el resto de mujeres, o bien el organismo no es capaz de adaptarse a los mecanismos fisiológicos de la gestación y no se produce la baja normal de la presión, que, por lo tanto, debe controlarse farmacológicamente. > Aunque no se deba al embarazo, la hipertensión no es buena para el niño, puesto que obstaculiza el correcto paso de alimento a través de la placenta, lo que podría provocar un bajo crecimiento fetal, además de aumentar el riesgo de sufrir preeclampsia. SI LA HIPERTENSIÓN ES GESTACIONAL > Aunque la mujer no haya sufrido hipertensión antes, a partir de los seis meses de embarazo, cuando la vasodilatación se reduce, puede darse el caso de que la presión suba un poco, sin asociarse a otras señales patológicas, como la proteinuria, es decir, la presencia de proteínas en la orina. ¿A qué se debe? Probablemente, se trata de mujeres ya predispuestas a desarrollar hipertensión crónica en un futuro, y que son más vulnerables, o bien es una hipertensión relacionada con un aumento de peso excesivo. En la mayoría de los casos, este aumento no interfiere en el embarazo, que concluye felizmente con el nacimiento de un niño de peso normal, sobre todo, si el aumento se manifiesta al final del embarazo, alrededor de las 36 semanas, cuando el desarrollo del feto ya está en una fase avanzada y la fecha del parto está cerca. No obstante, siempre es oportuno controlar los valores con frecuencia. shutterstock_71631844-(1) CUÁNDO ES LA SEÑAL DE UNA PREECLAMPSIA > El problema, que, por suerte, afecta a muy pocas embarazadas, se da cuando la hipertensión se presenta de forma repentina y precoz, alrededor de las 24 semanas, y está asociada a proteinuria, y a otras señales, como alteración de los valores de transaminasas y las plaquetas en la sangre, así como de la función cardíaca. En este caso, estamos ante la presencia de preeclampsia, una patología que solo aparece en el embarazo y que puede poner en peligro la salud de la madre y el crecimiento del feto, dado que altera el funcionamiento de la placenta, reduciendo el paso de oxígeno y nutrientes de la mujer al niño. Por esta razón, se suele ingresar a la futura mamá en el hospital para controlarla muy cuidadosamente, hasta decidir, en los casos más graves, adelantar el nacimiento, incluso varias semanas, puesto que el único tratamiento realmente resolutivo de la preeclampsia es el parto. CUÁNDO CONTROLARSE LA PRESIÓN > Durante el embarazo, la presión debe controlarse con regularidad. Lo ideal sería conocer los valores de la mujer antes de la gestación, para saber desde un inicio si es o no hipertensa, y poder valorar las posibles variaciones en el transcurso del embarazo. Una vez embarazada, si la mujer está sana y los valores de la presión son normales, se debe controlar cada tres o cuatro semanas durante todo el embarazo. No obstante, si se advierte un aumento en los valores, los controles deben ser más seguidos, una vez a la semana o con la frecuencia que el ginecólogo considere oportuno. ¿Cuál es el umbral que no se debería superar? No existe un valor absoluto, porque depende de la presión inicial. En líneas generales, se puede empezar a hablar de hipertensión si la presión diastólica (la mínima) supera los 90. Sin embargo, si la mujer tiene la presión baja normalmente, un valor de 80-85 como mínimo ya debe preocupar. El valor sistólico (la máxima) es menos importante, pero también se considera elevado a partir de 140.

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7 preguntas sobre piercings y tatuajes

Están muy de moda, pero ¿son problemáticos cuando se espera un bebé o se le está dando el pecho? Resolvemos todas tus dudas sobre este tema.

B0012599 1 ¿Dónde hay que acudir para hacerse un tatuaje o un piercing con total seguridad e higiene? > Para evitar sorpresas desagradables, la primera regla es desconfiar de los tatuadores y/o puestos ambulantes e improvisados. Siempre hay que dirigirse a un establecimiento especializado, que cuente con la homologación correspondiente, donde se utilicen instrumentos de un solo uso o esterilizados, y la piel se desinfecte antes de realizar la intervención. Asimismo, es importante cuidar la propia higiene personal y prepararse para la cita lavando cuidadosamente la zona en la que se va a hacer el tatuaje o se va a poner el piercing. El agujero del piercing debe desinfectarse dos veces al día hasta que se cure por completo, durante un período de tiempo variable en función de la zona del cuerpo en la que se haya realizado. Los tatuajes no deben desinfectarse, sino lavarse con agua y jabón, e hidratarse dos veces al día, durante unas tres semanas. 2 ¿Cómo se previenen las reacciones alérgicas a los pigmentos? > Los colores utilizados para tatuar contienen pigmentos en mayor o menor concentración, en función del resultado que se desea conseguir. Para las mujeres que tienen la piel muy sensible, es mejor emplear colores con bajas concentraciones de pigmentos. En caso de que la persona sufra de reacciones alérgicas, es aconsejable someterse a un test específico antes de realizar la aplicación de los pigmentos. 3 ¿Es arriesgado tatuarse o hacerse un piercing durante el embarazo? > Por supuesto que sí. El embarazo reduce las defensas inmunitarias de la mujer, que resulta más vulnerable a las infecciones locales y a patologías infecciosas más graves, como la hepatitis. Además, durante el embarazo, la piel es más sensible, y también aumenta el riesgo de reacciones alérgicas y de rechazo a los pigmentos del tatuaje o al metal del piercing. Esta vulnerabilidad también continúa durante la lactancia. CRBR002556 4 ¿El aumento de peso debido al crecimiento de la pancita deforman el tatuaje de forma permanente? > La piel es elástica, y también los tatuajes, pero dentro de sus límites. Un aumento o una pérdida de peso relativamente moderada, de hasta 10 kilos, no deforma el dibujo de manera permanente. La cosa cambia si el tatuaje se encuentra en la pancita. En esta zona, la piel está sometida a una tensión excepcional, y es muy probable que, después del parto, el tatuaje ya no recupere su forma y su tamaño original. 5 ¿Las estrías que puedan aparecer estropean el dibujo? > Las estrías alteran el tatuaje. Los daños causados dependerán de la cantidad de estrías que aparezcan. Se puede retocar, pero difícilmente volverá a ser como antes. piercing_71866834 6 ¿Las futuras mamás que tienen un piercing en el ombligo se lo tienen que quitar? > Es recomendable retirarlo, sobre todo, cuando la piel de la pancita está muy tensa y el ombligo tiende a sobresalir. En estos casos, si se deja en su sitio, la piel se puede romper. Es mejor retirarlo y volver a ponerlo después del parto. 7 ¿La presencia de un aro o del agujero del piercing en el pezón comporta riesgos durante el embarazo y la lactancia? > No es necesario quitar el piercing durante el embarazo, pero muchas futuras mamás lo hacen espontáneamente, porque tienen más sensibilidad en el pezón y les molesta. Evidentemente, durante la lactancia, hay que quitar el piercing y no volver a ponerlo hasta su término. El hecho de quitar y volver a poner el piercing entre una toma y otra puede transportar las bacterias al interior de los conductos galactóforos, lo que aumentaría el riesgo de mastitis para la madre y de transmisión de infecciones bacterianas al bebé. Por último, si el agujero atraviesa un conducto galactóforo, es decir, uno de los finos conductos que transportan la leche desde las glándulas al pezón, la leche se saldría por el orificio. No obstante, esto no representa un problema si el bebé succiona correctamente, abarcando con la boca todo el pezón, y no solo la punta. XBIENESTARX Dulces masajes ¿Por qué no te concedes un poquito de tiempo para mimarte y cuidarte un poco? Estas seis técnicas de masaje que te ofrecemos te ayudan a aliviar los trastornos típicos del embarazo y a reencontrar un nuevo equilibrio interior después del parto. masaje_97333955 1 MASAJE CONECTIVO PROFUNDO La idea de esta técnica fue desarrollada en los años 30 por Elizabeth Dicke. Se basa en estimular los tejidos conectivos y reactivar el sistema nervioso vegetativo, con el fin de restablecer el flujo de energía en el cuerpo. El dolor y las tensiones emocionales inciden sobre el estado de estos tejidos, que acumulan estrés, por lo que se ponen más rígidos y densos. Según los expertos, los cambios de la postura pueden poner de manifiesto los conflictos vividos en el pasado. > La técnica trabaja sobre varios frentes: respiración, relajación, reequilibrio energético y emocional. Al mismo tiempo, se practica el masaje, que, en un principio, es superficial, y se entiende más como una toma de contacto consigo mismo. Después, se vuelve más profundo, para eliminar las contracciones. Este trabajo permite corregir las posturas erróneas, que, a menudo, se adquieren como una forma de “defensa psicológica”. > Puesto que el masaje también hace emerger los conflictos interiores, es mejor que la aproximación a esta técnica se produzca antes de iniciar el embarazo, con el fin de ayudar a eliminar posibles “nudos” con anticipación. El masaje conectivo profundo también permite elevar el umbral del dolor, una capacidad que, en el momento del parto, puede resultar muy útil. ¿Y después de dar a luz? Esta técnica puede ayudar a la mamá a reencontrar su propio equilibrio, incluso después de un parto difícil. reflexologia_87331142 2 REFLEXOLOGÍA PODAL Se sabe que esta técnica se practicaba en China hace 5.000 años, en el 2300 a.C. en Egipto y en el 1700 a.C. en la India, pero Occidente se descubrieron recientemente sus beneficios para el cuerpo y la mente. > Se trata de una disciplina curativa que hace hincapié en la atención de los pies, considerados como una especie de “mapa geográfico” del cuerpo (presente también en la mano y en la oreja). Ejerciendo una presión sobre puntos específicos de la planta y del dorso del pie, y también de los tobillos, se restablece el equilibrio energético y se estimula la capacidad de autocuración del organismo. > La reflexología podal se puede practicar durante el embarazo, siempre y cuando se tenga cuidado de no estimular los puntos correspondientes al útero y a los ovarios, sobre todo durante el primer trimestre. Para aliviar el dolor de espalda, por ejemplo, se interviene sobre la parte exterior del talón, que corresponde a la región lumbo-sacra. El masaje podal es útil, además, para regular la circulación y la respiración, y para prevenir la aparición prematura de contracciones. Durante el trabajo del parto, cuando cuesta más respirar, se estimulan los pulmones y el plexo solar, relacionados, respectivamente, con la zona que hay entre el dedo anular y medio, y con el centro del pie (o de la mano). > La reflexología plantar también es útil después del parto y durante la lactancia: ayuda a relajar el organismo, que fue sometido a una dura prueba durante el embarazo. masaje_120568228 3 DRENAJE LINFÁTICO MANUAL Gracias a esta técnica, se acelera el flujo linfático y se renueva más rápidamente el líquido que llena los espacios que hay entre las células, lo que proporciona una agradable sensación de ligereza. > El drenaje linfático manual resulta útil en caso de retención hídrica. En consecuencia, está aconsejado durante el embarazo, un período en el que el problema de hinchazón de las piernas es muy común. Se trata de un masaje suave, que mejora la microcirculación, al eliminar el líquido excesivo presente en los tejidos. De este modo, los procesos de filtración y absorción a nivel de los capilares sanguíneos se aceleran y las células se oxigenan mejor. No existen contraindicaciones durante el embarazo, porque los movimientos son regulares y lentos. Los beneficios (eliminación de la orina y de las toxinas acumuladas) también se prolongan durante algunos días después del masaje. > Esta técnica también es muy ventajosa después del parto. En esta fase, deben tratarse las principales estaciones linfáticas: tobillos, rodillas, región axilar y supraclavicular. Puesto que el organismo femenino está genéticamente predispuesto a la acumulación de líquidos, el drenaje linfático puede resolver los trastornos relacionados con esta situación. 4 ROLFING Creado por Ida Paulina Rolf en los años 30, el rolfing o “Integración Estructural”, es una técnica de masaje y de educación en el movimiento que hace hincapié en restablecer la armonía y el equilibrio del cuerpo a través del toque manual. > El rolfing tiene dos objetivos: estimular los tejidos conectivos y realinear la postura. El terapeuta especializado en esta técnica (también conocido como rolfer) empieza con leves presiones, que permiten un primer contacto con la paciente. Después, actúa con el propio peso en determinados puntos específicos, buscando los distintos haces musculares. Tras haber identificado las zonas críticas, las capta y, con un movimiento lento e intenso, transmite presión y energía. De este modo, el haz muscular se reactiva y la postura se corrige. El cambio percibido es notable y la posición correcta se mantiene después con más facilidad. > En un primer momento, el masaje se realiza de un modo superficial: el objetivo es, simplemente, reequilibrar la respiración, mejorar el contacto de los pies con el suelo y equilibrar el cuerpo. Posteriormente, se interviene en profundidad, para facilitar la alineación del organismo en torno al haz mediano, insistiendo en la posición de la pelvis y del abdomen. Las últimas sesiones permiten reequilibrar los brazos, las piernas y los pies respecto al centro del cuerpo. El rolfing se desaconseja en el primer trimestre de embarazo. Después, es necesario intervenir de un modo más cauteloso, en función de las exigencias de la futura mamá. masaje_151000208 5 REIKI Se trata de una disciplina oriental que va más allá del masaje. Quien la practica coloca las manos en las zonas de los siete principales centros energéticos de nuestro cuerpo (los chakras), y las mantiene ligeramente suspendidas sobre la zona que se debe tratar: la energía fluye, garantizando al organismo un equilibrio ideal que se traduce en bienestar y salud. > La técnica del reiki está indicada desde el inicio del embarazo. Se trabaja, especialmente, sobre el primer chakra (la zona del periné), que comprende los músculos y la piel situada entre el recto y la vulva, donde, a menudo, se efectúa la episiotomía (la incisión que favorece el nacimiento); sobre el segundo, en la zona del abdomen, donde el bebé se está formando; y sobre el sexto, que gobierna la hipófisis, glándula que regula los flujos hormonales y el sistema endocrino, y que está especialmente activa durante la menstruación y en el embarazo. > El reiki aporta beneficios durante el primer trimestre de gestación, que es el período de las náuseas, pero también es útil después, para aliviar el dolor de espalda, las tensiones musculares y la hinchazón de las piernas. > Después del nacimiento del niño, esta técnica favorece el retorno del útero a su tamaño normal, y previene la incontinencia urinaria, causada por el estiramiento excesivo de los músculos del bajo vientre. Además, puede ayudar a tratar una posible depresión posparto. piedras_154575077 6 SHIATSU Se trata de un método moderno, desarrollado de modo sistemático por el Maestro Tokujiro Namikoshi a partir de 1940. Sobre esta disciplina, han nacido después otras escuelas, como la que hace referencia al Maestro Masunaga. El shiatsu de Namikoshi estimula los principales sistemas de nuestro organismo: nervioso, endocrino, inmunológico y circulatorio. La escuela de Masunaga tiende a desbloquear los canales energéticos del cuerpo. En ambos casos, son importantes la respiración, la perpendicularidad de la presión y la postura. En el estilo Namikoshi, la presión se mantiene durante unos 3-5 segundos y solo se utilizan los pulgares. En el estilo Masunaga, la presión es constante, dura más tiempo y se puede ejercer con los codos y las rodillas. > El shiatsu está indicado durante el embarazo porque, al actuar sobre puntos específicos, contribuye a mejorar la circulación sanguínea y linfática, lo que reduce la fatiga y la sensación de pesadez en las extremidades inferiores. Además, incide positivamente sobre la digestión y alivia la carga renal, mejorando el tono de los músculos involucrados en la expulsión del feto y proporcionando elasticidad a la pelvis. Es mejor evitar esta disciplina en los tres primeros meses. Después, las formas de intervenir cambian según el período de gestación. > Los beneficios en relación al parto son muchos: buen control de la respiración, mayor concentración, eficacia en los pujos y mayor tolerancia al dolor. XTESTX ¿Tienes feeling con la pancita? Ahora que tu embarazo es evidente, ¿cómo te ves con la pancita? ¿Cómo vives esta etapa tan especial? Averígualo respondiendo a las preguntas de nuestro test. barriga-corazon_202566484 I En cuanto supiste que estabas embarazada, ¿qué hiciste con tus jeans preferidos y súper ajustados? A. Seguiste usándolos exactamente como lo hacías antes de saberlo. B. Todavía los llevas, pero con el primer botón desabrochado. C. Los guardaste en un cajón y les dijiste adiós hasta después del parto. I Empezaste a observarte en el espejo para ver si la pancita crecía: A. Alrededor de las 12 semanas. B. El mismo día que te hiciste el test de embarazo. C. Cuando te hiciste la primera ecografía. I La primera prenda de ropa que te compraste para el embarazo fueron: A. Unos leggins. B. Unos jeans anchos. C. Unos zapatos cómodos. I Cuando apoyas tus manos en la pancita, lo haces: A. Sin darte cuenta. B. Premeditadamente. C. Conscientemente. I ¿Te esfuerzas en mantener la misma forma de caminar de antes? A. Sí, sueles hacerlo: detestas la típica forma de andar de las embarazadas. B. Por supuesto que no: te gusta parecer un “pato”. C. No, caminas igual que antes. calcetines-bebe_95202598 I Cuando te miran la pancita por la calle, te sientes: A. Invadida. B. Envidiada. C. Admirada. I Si el tiempo lo permite, para ir de paseo, llevarías una camiseta bastante corta, que dejara la pancita al descubierto: A. No, no te gustan los excesos. B. Sí, es bonito que la pancita se vea. C. Depende de la ocasión: en la playa, puede que sí. I Cuando te paras y te quedas de pie, tiendes a: A. Mantener la espalda muy recta. B. Mantener la pancita muy hacia delante. C. No haces nada en especial. I Si tu pareja apoya las manos sobre tu pancita mientras estás leyendo o viendo la televisión: A. Sigues leyendo o viendo la televisión. B. Lo abrazas. C. Pones tus manos sobre las suyas. I10  Si alguien te pregunta si puede tocarte la pancita porque “da buena suerte”, te sientes: A. Incómoda. B. Eufórica. C. Omnipotente. ropita_80458585 RESULTADOS MAYORÍA DE A: AÚN NO TE LO CREES Te ha costado un poco de tiempo reconocer que la pancita que crecía e iba sustituyendo a tu vientre plano era la tuya, pero no eres la única que ha sentido esta sensación de extrañeza inicial. Muchas futuras mamás se sienten inseguras ante los cambios a los que se va a enfrentar su cuerpo, al menos, hasta que son conscientes de que el bebé que llevan dentro es real. Muchas embarazadas no se dan cuenta de que el embarazo enfatiza la belleza femenina. Ahora que ya lo sabes, porque seguramente ya te lo han hecho notar, te sientes transportada por tu nuevo perfil redondeado, y te gusta captar la mirada de las personas que te encuentras, con la especial ternura que se reserva a las mujeres embarazadas. ¡Seguro que, cuando tu bebé nazca, sentirás una cierta nostalgia por la pancita que ya no está! MAYORÍA DE B: LLENA DE ALEGRÍA Tener pancita te hace sentir bien, te da alegría, y hasta los más despistados se dan cuenta de ello con solo mirarte. Desde el primer momento en que empezó a notarse la pancita, tuviste la sensación de haberte convertido en una personal muy especial, más completa y más fuerte. La pancita hace que te sientas invencible y deseas que todos absolutamente todos, lo noten. Así que no haces nada por ocultarla. Por el contrario, incluso en los primeros momentos del embarazo, hacías todo lo posible para que se te notara, con la ayuda de la ropa. La relación alegre y despreocupada que tienes con tu pancita hace pensar que, en el futuro, tendrás otras pancitas, acogidas con la misma alegría. Y es que parece que estar embarazada es tu estado natural. MAYORÍA DE C: ORGULLOSA La pancita te permite saborear la esencia de la feminidad. Te sientes distinta, lista para enfrentarte con el mundo. Para ti, es un extraordinario trofeo del que puedes sentirte orgullosa y que mostrarás sin tapujos: ahí dentro, está tu hijo, y no puedes dejar de pensar en esta realidad ni un solo minuto del día, aunque, a veces, te parece un sueño. A pesar de esto, no hay ostentación en tu actitud: llevas la pancita con elegancia y naturalidad, como si la hubieras tenido siempre, como si fuese la parte más integrada a ti misma, no solo desde el punto de vista físico, sino también emocional. Adoras tanto la etapa del embarazo, que no permites que el deseo de conocer a tu hijo sea tan imperioso como para impedirte saborear cada día de estos maravillosos meses.

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